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Fallos de la Traducción | Moisés con cuernos

Como traductores todos hemos estado en situaciones donde una palabra nos pone a pensar sobre el significado del párrafo completo. Tenemos esa constante responsabilidad de hacer la mejor traducción posible, ya que una mala decisión puede dar resultados terribles en el documento que trabajamos.


Un caso similar le sucedió a Jerónimo de Estridón, el primer traductor de la Biblia (La Vulgata), realizada del griego y hebreo antiguo al latín. Prueba de ello es el error que encontramos en el texto bíblico de Éxodo 34:29 que en hebreo dice:


karan ohr panav.”

La cual se puede interpretar como “keren” (radiante, luminoso, con rayos de luz) o “karan” (cuerno).


En la actualidad la mayoría de Biblias lo traduce como:


“[…]Como había estado hablando con Dios, la piel de su rostro emitía rayos, pero él no lo sabía.”

Sin embargo, Jerónimo lo tradujo al latín como “comuta esset facies sua” (su rostro era cornudo).


¿Te resulta familiar? En más de una ocasión, durante el proceso de traducción, nos hemos encontrado con palabras así. Sin embargo, en el caso de Jerónimo esta traducción tuvo mayor impacto.

¿Qué consecuencias tuvo esa mala traducción en la Historia?


Debido a que durante siglos la Vulgata era la única traducción de la Biblia existente en latín y la más difundida, todas las personas comprendieron que Moisés efectivamente bajó de la montaña con cuernos. Cuando me refiero a todas las personas, quiero decir que incluso artistas famosos que quisieron representar este relato en sus obras, pintaron y esculpieron a Moisés con cuernos.


Un ejemplo muy claro es el Moises de Miguel Ángel que se encuentra en la Basílica de San Pietro in Vincoli, en Roma, Italia. Hace unos meses tuve la oportunidad de ir a la Basílica y admirar esta obra maestra. Moises fue esculpido con cuernos en su cabeza sosteniendo las tablas. Desde que empecé mi carrera en Ciencias Lingüísticas y en Traducción, quise ver esta escultura que prueba una vez más lo crucial que es nuestra labor.



Además, en mi visita a Israel pude notar en varios murales dentro de las iglesias, cuando representaban a Moisés, pareciera que borraron los cuernos que solían estar en su cabeza, como lo puedes ves en esta imagen.



Aunque este error de traducción afectó la forma entera de cómo las personas imaginaban a un personaje tan importante de la Biblia. Como traductora, quiero ponerme en el lugar de Jerónimo, a diferencia de ahora, que tenemos diccionarios especializados, glosarios, bases de datos, memorias de traducción, entre otros, pienso que, aunque antes la tecnología y la información era limitada, Jerónimo hizo una labor muy importante, ya que muchas personas conocieron de la Biblia en latín, el idioma más usado en su época. Es comprensible que haya cometido uno que otro error de traducción, e incluso hoy, muy pocos traductores se atreverían a traducir la Biblia sin todas las herramientas que existen.


En conclusión, no hay nada que no se pueda arreglar, ya que gracias a muchas revisiones de los manuscritos antiguos, hoy tenemos traducciones y versiones de la Biblia mucho más acertadas, que día tras día llegan a más personas en su idioma materno, gracias al trabajo arduo de la traducción.


SOBRE LA AUTORA

Pily Castillo


Actualmente, Pily continua con sus estudios de Traducción en inglés-español, buscando siempre la capacitación continua. Es una viajera que disfruta conocer nuevas culturas e idiomas. Le fascina encontrar datos curiosos sobre la traducción a lo largo de la historia y compartirlo con todos.

Dato curioso: Le gusta la música clásica, en especial de Chopin.

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