Esta es la historia de cómo comencé a adentrarme en el mundo de la lectura. Ese hábito no fue algo que adquirí desde pequeña. Jamás imaginé que algún día estaría leyendo y después hasta escribiendo para un concurso de escritura juvenil.
“No me gusta leer”.
Eso es lo que decía a mis 14 años de edad, cuando me pusieron a leer un libro en el colegio; fue la experiencia más horrible, especialmente porque el libro me pareció aburrido y no me identifiqué para nada con los temas. Por si se lo preguntan, fue Juventud en éxtasis, a penas leí dos páginas y lo dejé.
Al año siguiente, algunos de mis compañeros comenzaron a llevar libros a clase y contaban de lo que leían; sobre historias tan increíbles e interesantes que me hicieron pensar que me estaba perdiendo de algo muy bueno. Uno de ellos me prestó un libro escrito por Agatha Christie, aún recuerdo el título: Los diez negritos (y no quedó ninguno). Cuando lo comencé a leer fue un poco difícil, creía que no tenía la imaginación suficiente para recordar y crear en mi mente el panorama que la escritora narraba. Conforme continué la lectura sentí cómo la historia me atrapó. En todo momento quería agarrarlo y saber qué seguía.
En ese instante comprendí:
"No había encontrado el libro correcto".
A partir de ese momento ya no hubo vuelta atrás. Pensé:
“¿De qué otros libros me estoy perdiendo por no querer leer?”
Desde ese momento decidí aprovechar todo el tiempo perdido y devorarme todos los libros que pudiera. Afortunadamente, mi mejor amiga entró a ese mundo conmigo, así que nos compartimos libros y los comentábamos al terminar.
Era tanta mi sed de conocimiento y de lectura, que los libros que tenía no eran suficientes, constantemente le pedía a mi mamá que fuéramos a la tienda de libros a conseguir más y descargaba otros en formato PDF, sin embargo, quería más.
Otros rumbos inesperados
Unos meses después, apareció un articulo en el periódico sobre un Club lectura que se llevaba a cabo los primeros sábados del mes. Por el bien de mi mamá y su economía, asistimos las dos.
Era un club de lectura para adultos, y yo era la más joven del grupo, los demás sobrepasaban los 40 años. Los temas que se trataban eran en su mayoría, históricos, culturales y sociales de latinoamérica. Al inicio no comprendí mucho de las intervenciones, pero con el paso del tiempo decidí apuntar todo lo que no entendía. Recuerdo que se analizaron los libros de Carlos Fuentes, García Márquez y Cortázar.
Escuchar los comentarios tan atinados de personas cultas, me animó a querer ser como ellos, e investigar y leer los temas sociales de la época. Comprendí que conocía muy poco, comparado a lo mucho que me faltaba por aprender. Pensar que vivía bañada en la ignoracia me llevó a seguir moviendo mis intereses en diversas corrientes literarias, muy distintas a las que acostumbraba leer con mis compañeros de clase. Quise adentrarme en otras culturas y otras prosas. Comencé a interesarme en la literatura rusa y el desafío más grande que tomé fue leer Ana Karenina (de 1,080 páginas) a mis 17 años. Y así, como si nada, entré a un mundo infinito.
No podía regresar, sino solo continuar hacia adelante.
Comprendí, que la literatura es ese nexo que nos une con diversas épocas, personas, estratos sociales, condiciones mentales, trabajos, experiencias, entre otros. Es el legado de los escritores; aunque mueran, ellos siguen viviendo a través de las páginas.
Constantemente pienso en las palabras del escritor guatemalteco Manuel José Arce:
"Voy por caminos que otros abrieron.[...] Oigo música que otros cantaron. Leo libros que otros escribieron.[...] mi yo, este individuo que soy, crece, se amplía, [...] Y entonces descubro que usted forma parte de mí cuando me lee, y yo formo parte de usted en ese momento."
Actualmente, la lectura forma parte de mi vida. Siempre acostumbré leer la Biblia con mi familia y por mi cuenta he leído otros géneros literarios. Debido a mi carrera universitaria, he continuado leyendo libros relacionados a ella y otros libros de literatura guatemalteca.
Estos son algunos de mis libros que he ido acumulando en estos ocho años, sin contar los que he leído en PDF o los que me han prestado (o los que he prestado y no me han devuelto).
Si sigues pensando en cómo iniciar con este hábito, te recomiendo que busques un género literario con el que te sientas más atraído. No te forces a leer un libro (excepto si es por trabajo o estudios) si no te gusta el género, el tema, entre otros. Inicia con uno que llame tu atención y poco a poco tu curiosidad lectora te llevará a rumbos infinitos de temas y géneros.
Un buen lugar para ir a descubrir tu próxima aventura son las ferias de libros. Encontrarás tantísimas opciones, que sin duda te llevarás a casa varios ejemplares a casa.
Pily Castillo
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